Capítulo 19: La transpiración de la inspiración

16/12/1990

Hebreos 10:24-25

Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

¡ESTO es muy importante! Considerémonos: ¿cómo puedo ayudar a crecer a mis hermanos y hermanas? ¿Cómo puedo estimularlos? Las espuelas a veces tienen puntas afiladas (¡Hi-O Silver!), así que estimulémonos unos a otros hacia el amor y las buenas acciones con creatividad e imaginación. Considera cómo podrías hacerlo. Permíteme provocar, espolear, para que desaprendan la detestable pasividad religiosa del cristianismo espectador de los siglos XX y XXI. Considera, piensa detenidamente, usa tu imaginación para saber cómo puedes animar a los demás. Participa en reuniones, comidas y reuniones después del trabajo en la casa o apartamento de otro hermano o hermana habiendo considerado cómo podrías animarle en Cristo. Prepárate para la vida, el trabajo, las compras, y las reuniones, en el armario de oración, y nunca te faltarán aquellos que han sido impactados por tu amor y servicio.

Muchos de la manifestación local de Cristo de la que formo parte han escrito cantos y los han ofrecido como ofrendas a Cristo en las reuniones de los Santos, ¡incluso en Ben & Jerry’s! (una heladería.) Los poemas y cantos que se han escrito, y las pinturas y dibujos y otras ofrendas a Dios de Su Familia, han sido un tremendo estímulo (y un desafío muy bienvenido y convincente en algunos casos). Incluso los niños han escrito, a partir de las contiendas a las que se han enfrentado y en las que han encontrado a Cristo, algunos cantos de victoria y verdad. Esta es la tremenda fuerza y sencillez del canto de Leah, de diez años: «No ofreceré a Dios lo que no me cuesta nada…», resuena en mi mente una y otra vez algunos días.

Por supuesto, no seas un fanfarrón y no digas o hagas cosas «religiosas» para llamar la atención o para aumentar tu ego, ni traigas dones «cainitas» que solo salen de tus propias habilidades naturales no crucificadas. Pero, por supuesto, ¡no entierres la Vida que Dios ha revelado en ti!61Aporta esos dones que estás ofreciendo a tu Dios y a tu Familia! No, como dijo el Rey David (y Leah), ¡ofrezcas regalos a Dios que no te cuestan nada!

«No ofreceré a Dios lo que no me cuesta nada»

2 Samuel 24:24

No ofrecxeré a Dios

Lo que no me cuesta nada

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

Si veo a alguien pecar

Retroceder, seguir siendo amigos

Eso no me costaría nada

Pero si se lo llevo a él

Habrá victoria sobre el pecado

Eso me costaría algo

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

Si veo a alguien necesitado

Y no le presto atención

Eso no me costaría nada

Pero si pago el precio

Con mi propio sacrificio

Eso me costaría algo

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

Podría salir

Y comprar en la tienda

aquello que no me costaría nada

Pero en vez de eso iré

y ayudaré a los pobres

Eso me costaría algo

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

No ofreceré a Dios

Lo que no me cuesta nada

—Leah, Rey David

ENDNOTES

61 Gálatas 1:16

 

lavidadecristo.com
Español Languages icon
 Share icon