Intromisión en un Mundo Religioso

6/1/2003

2 de Octubre, 1999, Salima, África

Quiero hablar con ustedes por unos minutos acerca del Pueblo de Dios que vivió hace 3000 años atrás. Ellos eran los Israelitas. Ellos tenían un templo en Jerusalén, en un monte llamado Sión. Era un edificio. Estaba cubierto con oro y maravillosos tallados de madera. Muchas veces por año el pueblo venía al edificio. Existían días especiales. Existían días de fiesta. Cuando llegaban allá, ellos cantaban músicas para Dios. Ellos ofrecían sacrificios a Dios. Ellos deseaban aproximarse a Dios. Existían sacerdotes que los ayudaban dentro del templo. El trabajo del sacerdote era ayudar al pueblo ha aproximarse a Dios. Los sacerdotes ofrecían los sacrificios de animales. Los sacerdotes mataban al animal y salpicaban la sangre en el altar para que el pueblo pudiese ser perdonado de sus pecados y aproximarse a Dios.

Aquello fue hace 3000 años atrás. Permítanos hablar del pueblo de Dios de hoy. Hablaremos sobre el verdadero Israel. Hermanos y hermanas, si ustedes dieron sus corazones a Jesús, ustedes son el verdadero Israel de Dios. Amén. Si dieren sus corazones a Jesús, Él es su Rey y ustedes son el verdadero Israel de Dios.

Yo estaba sentado aquí por algunos minutos observando a un hombre que andaba por el terreno. En cuanto andaba había una sombra atrás de él. Cuando el hombre andaba, la sombra andaba. Cuando el hombre movía sus brazos, la sombra movía los brazos. La sombra tiene piernas. La sombra tiene brazos. ¿Pero será que la sombra era un hombre? No. La sombra no era real. Parecía como un hombre, se movía como un hombre, pero él era apenas la forma de un hombre. Hermanos y hermanas los hijos de Dios de 3000 años atrás eran una sombra de los hijos de Dios hoy. Hablaremos sobre lo que significan algunas de aquellas sombras.

En el pasado había un templo. Hoy nosotros no tenemos un templo hecho con manos. Hoy ustedes son el templo de Dios. Dios no vive en un edificio. Jesús vive en los corazones de los que Lo escogerán para ser Rey. Usted no necesita ir a un lugar sagrado. Si usted fuera santo, entonces este es un lugar sagrado. Usted no necesita ir para algún lugar especial para aproximarse a Dios. Usted puede conocer a Dios en su corazón. Nosotros somos el templo.

Hermanos y hermanas, ustedes no necesitan de un día especial. La Biblia dice: “Hoy es el día de la salvación.” Ella dice: “Hoy no endurezcan sus corazones”. Ella dice anímense unos a otros diariamente. No necesitamos esperar por un día Sabático. No necesitamos esperar por un momento de adoración. Siete días a la semana, veinticuatro horas al día nosotros podemos vivir cerca a Dios. Así no necesitamos de un lugar o momento especial.

¿Qué de los sacerdotes? El trabajo de los sacerdotes era traer a las personas cerca de Dios. Ahora que no tenemos una sombra, nosotros tenemos algo real. Hoy USTEDES son los sacerdotes de Dios. El trabajo de ustedes es llegar cerca de Dios en sus corazones y entonces traer a otros hombres y mujeres cerca de Dios también. Usted no necesita que un hombre se vista con ropas especiales o se llame a sí mismo por algún nombre especial porque usted puede ser sacerdote de Dios.

Hoy el Reino de Dios no tiene nada que ver con un local. No tiene que ver con un horario. No tiene que ver con canciones especiales. Tiene que ver con un pueblo que vive para Él, un pueblo que vive para servir a Jesús siete días a la semana, veinticuatro horas al día. Un pueblo que Lo ama con todo el corazón, alma, mente y fuerzas.

Cuando Jesús anduvo en esta tierra, Él habló con una mujer. Ella le preguntó a Él: “¿Dónde debemos adorar a Dios? ¿Nosotros adoraremos aquí en esta montaña o allá en aquella?” Jesús respondió: “En ninguno de los dos lugares. El Reino de Dios no es aquí ni allá. El Reino de Dios es dentro de usted.” Los tipos de adoradores que el Padre desea lo adoran en Espíritu y Verdad. Amén. Entonces el pueblo de Dios son las personas que lo adoran siete días a la semana, veinticuatro horas al día amándolo con todos sus corazones.

Existe también más sobre el templo. Una persona no puede ser un templo. Sí, Dios puede vivir en el corazón de alguien, pero cada persona es una piedra que unida a otras piedras y construidas juntas se vuelven un templo. Necesitamos unos de los otros. ¿Cómo adoraré a Dios cada día? De acuerdo con la Palabra de Dios, si yo no recibo ánimo de mis hermanos y hermanas todos los días, mi corazón quedará insensible a Dios. Mi corazón se volverá lleno de pecado. Yo me volveré insensible por mi pecado. Necesito de otros hermanos y hermanas que me animen y exhorten, y tiene que ser así todo día. De ese modo, podemos ser como piedras construidas juntas. De ese modo, nosotros podemos volvernos el templo de Dios. De ese modo, una verdadera adoración a Dios puede ser ofrecida en nuestros corazones.

Hablaremos un minuto sobre adoración. Hoy no necesitamos de sacrificios de animales. ¿Cuál es el sacrificio que debemos ofrecer a Dios? De acuerdo con la Biblia, el sacrificio que debemos ofrecer a Dios es nuestras vidas. Nosotros no somos un sacrificio muerto, somos un sacrificio vivo. Nuestras mentes no deben ser como las mentes del mundo. Debemos pensar con la mente de Cristo. Debemos ofrecernos a Dios. Seremos como sacrificios vivos. Eso es adoración a Dios, igual cuando no estamos cantando u orando. Nosotros podemos adorar a Dios cuando trabajamos. Podemos adorarlo cuando estamos cocinando o lavando ropas, o sentados con nuestros amigos.

Si tuviéremos mentes controladas por Jesús y ofreciéndonos a nosotros mismos a Él como sacrificio, estamos adorando a Dios. Hermanos y hermanas, esto es el Reino de Dios. No un lugar, no un tiempo, sino un pueblo. Un pueblo que vive como sacerdotes de Dios, todo día, cada día, animando y ayudando unos a los otros para que puedan amar a Dios de todo corazón, alma, mente y fuerzas, para que ofrezcan sus vidas a Él cada día. Esta es nuestra herencia como Su Pueblo. Esa es la voluntad de Dios para Su Pueblo. Nosotros podemos vivir así. No necesitamos ser como la sombra. Podemos ser un hombre verdadero. Eso es lo que Dios quiere para nosotros hoy. ¿Ustedes quieren esto también? Muy bien, vamos a aprender a vivir de ese modo juntos.

Construya de Acuerdo con el Diseño

Yo sé que muchas cosas que ustedes oyeron aquí pueden ser un poco difíciles. Pero hemos visto por todo el mundo que estas noticias son muy buenas. Nosotros venimos porque estamos muy ansiosos de contarles a ustedes sobre el modo como Dios siempre quiso construir Su Casa. Nosotros encontramos personas por el mundo todos son gente muy buena. Algunos son Pentecostales otros Bautistas y otros son de otras denominaciones. Ellos pasaron la vida divididos entre sí. Ellos pasaron la vida con los corazones partidos por el pecado. Tanta gente buena pasó la vida con el corazón roto por causa de las relaciones en la familia. Tantas desilusiones, tantas cosas que no son como Jesús. Muchas desilusiones de nosotros mismos; cosas que sabemos que queremos hacer para Jesús, pero no lo conseguimos. Pecados que queremos abandonar, pero no podemos porque nos encontramos muy débiles para abandonarlos.

La Biblia dice en 1 Juan 3:8 que el Hijo de Dios vino al mundo para destruir al pecado. Él no vino apenas para perdonar los pecados. Es indescriptiblemente maravilloso que Él pueda perdonar los pecados, ¿O no? ¿Amén? Pero Él quiere también destruir el pecado. Él quiere coger al diablo y aplastarlo debajo de Su pie. Esa es nuestra herencia como pueblo de Dios, aplastar a satanás. No apenas sobrevivir, sino destruir las obras del diablo. Muchas de las razones por las que no hemos visto a Dios manifestarse de ese modo para curar los corazones partidos y destruir al pecado no tiene que ver con la falta de personas maravillosas—ellas existen. No es porque no existen dones especiales en el Cuerpo de Cristo—existen muchos dones especiales. Mucho del porque nosotros hemos fallado con el deseo de nuestros corazones en agradar a Dios es que no construimos a la manera de Dios.

La sombra de lo que hablamos al respecto de la casa de Dios, el templo de Dios en el Antiguo Testamento, era para ser construida de acuerdo con el diseño. Dios les dijo a ellos como construir aquel templo y ellos hicieron como Dios mandó. ¿Y si ellos hubiesen quitado todas las piedras y todo el oro del templo y simplemente construyesen del modo que querían? Dios quedaría infeliz y aquella casa se habría desmoronado.

Dios tiene muchas personas maravillosas por todo el mundo. Lo que viene ocurriendo con frecuencia en los últimos 2000 años es que ellas desean cambiar sus vidas para agradarlo pero se han frustrado. Ellas no han encontrado su pleno potencial y realmente servirlo bien. Lo hacen de todo corazón, pero ellas fallan vez tras vez. La razón de eso es que muchas veces nosotros construimos de modo equivocado. Nosotros no construimos de acuerdo con el diseño que Dios nos dio.

Queremos hablar sobre como personas buenas pueden alcanzar su potencial ahora. Podemos permitir que los dones en el Cuerpo de Cristo sean construidos juntos en una habitación para Dios, llena de la Gloria de Dios. Existe una manera como Dios desea que edifiquemos para que podamos ver el poder del pecado siendo aplastado en la vida real y dejar de ser esclavos de todas nuestras flaquezas. El plan de Dios es construir relaciones y no tener problemas todo el tiempo. Dios tiene un modo maravilloso de construir Su Casa con gente maravillosa. La religión en el mundo hasta aquí ha construido la Casa de Dios de modo equivocado, con hombres como jefes y hombres santos y reuniones para frecuentar como su definición de “iglesia”.

En el mundo natural, aprendemos con los años a cómo construir usando concreto. Existe cierta cantidad de arena que debe ir en el concreto, así como una cierta cantidad de agua. Si usted pone cemento demás o arena demás o aún mucha agua, el concreto se desmorona. Aprendemos afuera en el mundo que para hacer concreto fuerte usted necesita colocar varillas de acero como refuerzo para que no se raje cuando se calienta o queda frió. Nosotros sabemos que cuando hacemos ladrillos o mortero, existen ciertos modos de levantar construcciones y como poner los ladrillos en un horno. Existen cosas que aprendemos sobre la construcción en el mundo natural.

Después de diez años como cristianos, la mayoría de las personas en una religión controlada por el clero y basada en frecuentar no son más fuertes de lo que eran después de un año. Esto no es bueno. Si nuestro hijo de un año creciese hasta los diez años pero aún no fuera más fuerte o sabio de cuando tenía un año, eso no sería bueno. Si usted tuviera un niño de 10 años en su familia y este niño fuese débil como un niño de un año, y aún no pudiese andar mejor que uno de un año, y si usted fuese el padre o la madre de él, esto partiría su corazón, ¿o será que no?

¿Cómo usted piensa que nuestro Padre en el cielo se siente cuando todo Su Pueblo debería ser fuerte y sabio, y “lleno del Espíritu Santo, y de sabiduría”, y “deberían ser maestros” “y ya no niños”, haciendo la obra de Dios? …pero muchos de nosotros aún no somos más fuertes que los bebes de un año. Eso es verdad afuera por el mundo, y parte el corazón de Dios. No podemos cantar bastante música ni “predicar” bastantes sermones para cambiar esas cosas, porque nosotros no hemos construido la Casa de Dios de la manera de Dios. Dios diseñó Su Casa para ser construida de tal manera que el pecado sea aplastado y redimido. La manera de Dios “tener iglesia” permite que las relaciones puedan ser curadas, y el pecado y la flaqueza arrancados. Este es el corazón de Dios para Su pueblo alrededor del mundo. Nosotros no sabíamos cómo construir, pero ahora nosotros aprenderemos a construir. Dios dijo que deberíamos “tener cuidado de cómo construimos”.

Entonces, espero que por la gracia de Dios nosotros hablemos sobre muchas cosas prácticas en los próximos momentos. Así como los ingenieros aprendieron como usar el concreto, haciéndolo correcto para que se vuelva fuerte, así también el pueblo de Dios necesita aprender cómo construir correctamente para que Su Casa sea fuerte. Las mismas buenas personas, los mismos dones correctamente edificados, hacen una Casa gloriosa. Es de eso que queremos hablar, sobre cómo construir mejor la Casa de Dios con las mismas buenas personas. Esto no es un insulto al pasado. Nosotros no estamos molestos con el sistema. En humildad de corazón nosotros queremos apenas decir que ya es hora de que avancemos. El pasado es el pasado. Vamos a crecer ahora. Por amor, paciencia y bondad avancemos ya. Nos pasamos años demás como bebes de un año. Ya es hora de ir al frente, con nuestras manos abiertas.

El Espíritu Santo nos dio mucho que pensar. Sólo quería aumentar una palabrita de ánimo. Hace poco tiempo atrás, estábamos cantando. Algunas de las músicas eran en ingles, y yo las entendí. Una de las músicas que cantamos decía: “Señor, Tu eres excelente, yo sé que Tu eres excelente”. Es bien verdadera esa música. Jesús es excelente (sublime). Yo pensé en un pasaje en 1 Pedro 2:9 “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación Santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz maravillosa.” Nuestro Señor Jesús nos llamó de las tinieblas a la luz, y por eso estamos agradecidos. ¿Ustedes están agradecidos? Amén. ¿Ustedes quieren declarar que Él es excelente? Existen muchas personas a nuestro alrededor que necesitan oír que el Señor Jesús es excelente. En el ómnibus, esta mañana, pasamos por un grupo de Islámicos. ¿A ustedes no les gustaría que ellos supiesen que Jesús es excelente? Yo quiero que ellos sepan de eso.

Afuera por el mundo hemos visto a personas adorar ancestros o ídolos, y otros que no adoran cosa alguna. Ellas necesitan saber que Jesús es excelente y nuestro trabajo es mostrarles eso. Pero ese asunto de mostrar que Jesús es excelente tiene más que ver con quien nosotros somos que con lo que decimos. Es eso lo que Pedro dice aquí: él nos llama de “real sacerdocio”. Ya hablamos de eso hoy por la mañana, donde no hay apenas un sacerdote, sino varios sacerdotes. También se habló sobre ser una nación santa, un pueblo escogido por Dios. Eso quiere decir que entre Cristianos, el Señor Jesús es Rey, y nosotros Le obedecemos. Y en eso nosotros iremos a declarar Sus excelencias.

Yo vivo en los Estados Unidos de América. En nuestro viaje yo traje un pasaporte americano. Pero yo no soy, en verdad, un ciudadano americano. Soy un ciudadano del Reino de Dios. Ustedes son ciudadanos, no de Malawi, sino del Reino de Dios. Ahora, generalmente eso significa que los ciudadanos del Reino de Dios son los mejores ciudadanos en sus países porque obedecen las leyes, no por miedo sino por un deseo de obedecerlas. Pero si su nación los manda desobedecer a Dios, vamos a necesitar decir: “No. Nosotros obedecemos a Dios, no al hombre.” Eso es lo que significa ser una nación santa. De esa forma, nosotros no dejaremos a nuestra cultura dictarnos que hacer. Nosotros dejaremos a Dios decirnos que hacer. Vengo de un país donde la cultura es muy pecaminosa. Nuestra cultura en América se olvidó de tener vergüenza del pecado. Yo no obedeceré a mi cultura. Yo voy a obedecer a Dios. Amén.

Yo no conozco la cultura de Malawi muy bien. Pero ustedes deben también obedecer a Dios, no a su cultura. Eso es parte de lo que significa ser el Reino de Dios. Lo mismo vale para las denominaciones. Esta mañana pasamos por una edificación que decía: “iglesia Nazarena”. Pasamos por una edificación que decía: “iglesia Luterana”. Pasamos por otro que decía: “iglesia de Cristo”. Todos ellos están reuniéndose hoy. Todos están sirviendo a sus propias tradiciones. Parte de ser el Reino de Dios significa que vamos a obedecer a Dios y no a tradiciones. ¿Amén? Las tradiciones no serán nuestro rey. El Señor Jesús será nuestro Rey. Somos ese tipo de nación santa. Nosotros queremos ser capaces de proclamar las excelencias de Jesucristo. Cuando somos una nación santa, nuestra proclamación será clara, no confusa, y todos los hombres tendrán la capacidad de decidir si van a doblar sus rodillas y obedecer. Así, en esta mañana nosotros no estamos trayendo a ustedes una nueva denominación. Estamos apenas trayendo a ustedes el Reino de Dios. Vamos a vivir de ese modo juntos. Amén.

lavidadecristo.com
Español Languages icon
 Share icon