Capítulo 26: Liderazgo
16/12/1990
2 Samuel 23:3-4
«El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios. Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra».
Jueces 2:18-19
«Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino».
Éxodo 30:31-33
«Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.
Ezequiel 44:7-9
«Has traído a extranjeros incircuncisos a mi santuario, gente que no tiene corazón para Dios. De ese modo, profanaste mi templo incluso mientras me ofrecías mi alimento: la grasa y la sangre de los sacrificios. Además de todos tus otros pecados detestables, rompiste mi pacto. En lugar de proteger mis ritos sagrados, contrataste a extranjeros para que se encargaran de mi santuario. Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: ningún extranjero, ni siquiera de los que viven entre los israelitas, entrará en mi santuario si no se ha circuncidado y entregado al Señor». (NTV)
1 Samuel 10:6-7
«Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo».
1 Reyes 13:33-34
«Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos. Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra».
1 Crónicas 15:12-13
«Y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza».
Números 11:17
«Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo».
Salmos 78:72
«Y David los pastoreó con corazón sincero; con mano experta los dirigió». (NVI)
Génesis 41:38
«Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el Espíritu de Dios?».
Romanos 10:15
«¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!».
Gálatas 1:15-16
«Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles…».
1 Tesalonicenses 2:4
«Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones».
Hebreos 5:4-5
«Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote…».
Lucas 9:62
«Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios».
Lucas 6:39-40
«Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro».
Hechos 6:2-7
Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
¿Cuál es el punto en particular de traer todas estas Escrituras, palabras del cielo, a tu atención? Simplemente para hacer esta declaración extremadamente clara: nadie debe ser puesto «a cargo» de nada en el reino de Dios si no está visiblemente «lleno del Espíritu Santo y sabiduría». Los hombres que claramente tienen lo que Esteban tenía, son el requisito mínimo para estar «sobre» cualquier asunto, según las Escrituras. Y Esteban era, visiblemente, «un hombre lleno de la gracia y del poder de Dios». En su testimonio contra los poderes religiosos de su tiempo, Esteban hablaba de tal manera que «no podían hacer frente a su sabiduría ni al Espíritu por el que hablaba». Un hombre normal «lleno del Espíritu Santo». Un «hombre de guerra» contra las tinieblas que lo rodeaban.
La clase de hombre que Dios lleva rápidamente a Su gloria plena como lo hizo con Enoc,74 son hombres con el corazón de Enoc:
«De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él».
Debe haber ese fervor y «celo ardiente por la Casa del Padre», como tenía Jesús, y esa capacidad de «¡Ver!» ¡si queremos ser de alguna utilidad para Dios! ¿Eres así? ¿Podrías haber dicho, sin saber que esta Escritura estaba en la Biblia, lo que dijo Enoc? ¡Si tienes lo que él tenía ¡podrías (y probablemente lo harías)!
Los hombres que están verdaderamente ebrios del Espíritu Santo son fácilmente reconocibles, según Hechos 6. Emanan el poder y el refrigerio del Espíritu Santo, y el Carácter de Jesucristo. «Ríos de Agua Viva brotan de su interior» como dijo Jesús. El Río de Vida que fluye de ellos traerá sanación a los que les rodean.
«Y será que todo ser viviente que se mueva, dondequiera que vayan los ríos, vivirá. Habrá una muchedumbre muy grande de pescados, porque estas aguas van allí; porque serán curadas, y todo vivirá dondequiera que vaya el río. Sus peces serán… muchísimos. A lo largo del río, a un lado y a otro, crecerán toda clase de árboles que servirán de alimento; sus hojas no se marchitarán, y sus frutos no faltarán. Darán fruto cada mes, porque su agua fluye del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina».
¿Conoces a alguien así? ¿Conoces a hombres y mujeres que hacen temblar a Satanás? Y me refiero a todo el día, todos los días, dondequiera que van, ¡no solo en las reuniones! ¡Olvídate de las reuniones! ¡Olvídate de los «servicios»! ¿Tienes una relación con hombres y mujeres que conocen a Jesús de tal manera que cuando entran en una habitación, con ellos viene una «Luz que rompe las tinieblas»? Solo tales hombres han de estar sobre cualquier asunto en el Reino de Dios. El conocimiento de la Biblia no tiene sentido aparte de esto. Satanás se burla de aquellos que no están verdaderamente caminando en «el Poder de una Vida Indestructible», como dijo el escritor de Hebreos, «llenos del Espíritu Santo y Sabiduría», pero presumen ser líderes porque tienen algún tipo de «entrenamiento».
Y respondiendo el espíritu malo, dijo: «A Jesús conozco, y a Pablo conozco; pero ¿quién eres tú?».75
Buenas intenciones, sinceridad, un título en Biblia (o Psicología «espiritual», los «curanderos» de hoy), cualidades mundanas de liderazgo, dinero, elocuencia, astucia, habilidades de mercadotencia… nada de esto será más que una broma para Satanás. La única autoridad en el Reino de Dios está en la Uncion, Su confirmación actual. Solo un hombre visiblemente «lleno del Espíritu Santo y Sabiduría» puede estar «sobre» cualquier asunto en el Reino de Dios. A menos, por supuesto, que comencemos nuestro propio reino y lo llamemos por el Nombre de Jesús. Entonces, supongo, podemos hacer cualquier cosa que queramos.
«El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a curar a los quebrantados de corazón, a proclamar la libertad a los cautivos y la apertura de la cárcel a los presos; a proclamar el año agradable del Señor y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los enlutados, para consolar a los que lloran en Sión, para darles belleza en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alabanza en lugar del espíritu afligido; para que sean llamados árboles de justicia, plantío del Señor, para que Él sea glorificado. Y reconstruirán las ruinas antiguas, levantarán las antiguas desolaciones, y repararán las ciudades arruinadas, las desolaciones de muchas generaciones… Pero seréis llamados Sacerdotes del Señor, los hombres os llamarán Siervos de nuestro Dios. En lugar de vuestra vergüenza tendréis doble honor, y en lugar de confusión se alegrarán en su porción. Por tanto, en su tierra poseerán el doble; la alegría eterna será suya».
Un hombre «lleno del Espíritu Santo y de Sabiduría» es un hombre extraordinario. Y demasiado raro en nuestros días. Sin embargo, solo a alguien como él se le permite estar «sobre» cualquier asunto, incluso tan aparentemente insignificante como «servir mesas» en una comida para viudas (y ese es el contexto en Hechos 6 donde esos requisitos fueron presentados por los apóstoles).
Hoy en día, los «púlpitos» a menudo están llenos de hombres que no están en lo más mínimo «llenos del Espíritu Santo». (Como puedes notar, que un hombre se ponga delante de una multitud de cristianos y les dé un discurso el domingo por la mañana no es idea de Dios. No está en la Biblia). Las «reuniones de hombres de negocios» y las juntas de ancianos y diáconos de gran parte de la «Iglesia» de hoy generalmente no tienen ninguna de las marcas de algo más que un club social con jerga religiosa y medios mundanos. Incluso «hombres buenos y honestos» son insuficientes para la tarea de «destruir las obras del diablo». La religión de hoy que asigna hombres para dirigir los cantos o para ser líderes de adoración, mujeres para dirigir las «clases bíblicas», hombres para hacerse cargo del «edificio y los terrenos» (y cualquier otra área «sobre este asunto» que se les pueda ocurrir) debería por lo menos tomar nota del hecho de que cualquier responsabilidad en el Reino de Dios requiere verdadera autoridad en el reino espiritual para tener éxito. ¿Por qué?
Efesios 6:12
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes».
En los días de David, los que estaban «sobre» el asunto de la música tenían que ser de «condición profética», un «vidente» (1 Cr 25:1, 2, 3, 5-7, etc.). De la misma manera, hoy en día, un hombre responsable debe tener un corazón profético; un corazón enseñable, crucificado, consagrado, que arda por Jesucristo. Debe tener un «cielo abierto» y vivir en santidad, no solo con talento. («Sin santidad nadie puede ver al Señor»). A menos que uno nazca del agua y del Espíritu, Jesús declaró que no puede ver el Reino. Eso es para todos nosotros. Continuó diciéndonos cómo viviría todo aquel que naciera del Espíritu. Dijo que el viento sopla donde quiere. Se oye su sonido, pero no se sabe de dónde viene ni adónde va. Vemos la fuerza; vemos el Poder detrás de él. Y así es con TODOS LOS QUE NACEN DEL ESPÍRITU (Jn. 3:5-8). Esa es la clase de persona que puede ver el Trono de Dios y «hablará solo lo que oiga hablar al Padre». Es el que está sentado en el Lugar Santísimo y está comiendo el maná escondido (Mt. 4:4; Jn. 4:32; Heb. 9:2-5). Esa persona es la única persona a la que se le permite estar a cargo de cualquier cosa en el Reino de Dios, a diferencia de la mayor parte de la religión actual.76
He descubierto que un buen número de personas, por miedo y orgullo, se resisten a estas verdades. Algunos, cuyos salarios peligrarían si alguien actuara de acuerdo con estas Verdades, se volverán locos de remate. Sin embargo, para estar cualificado para servir mesas, tienes que estar lleno del Espíritu Santo y lleno de Sabiduría (Hechos 6:3). Para estar a cargo de cualquier cosa en el Reino de Dios, más te vale estar rebosante del corazón y del fruto y de las Palabras de Cristo, y tener una Vida actualmente ante el Padre en el Lugar Santísimo. No puedes vivir y no puedes dirigir lo que no estás viendo actualmente delante de ti.
Tú lo sabes. El hombre, en su estado de «pensamiento fútil» (como Pablo dijo una vez), piensa que la mejor manera de funcionar en la «Iglesia» es conseguir que el mayor número posible de personas se involucren en el «trabajo de la Iglesia». Entonces estarán motivados. Pero eso está mal. Muy equivocado. Será la ruina de cualquier Iglesia «tratar de involucrar a la gente» y pasar por alto el hecho de que no están rebosantes del Espíritu Santo y la Sabiduría. Para «involucrar a una persona» en posiciones que son visibles y responsables, que no está viviendo una devoción completa a Cristo y mostrando el fruto eterno de ese tipo de vida sobre una base diaria entre los Santos y el mundo, es un problema grave. Personalmente no quiero responder ante Dios por iniciar un programa de «Hipócritas en Entrenamiento». No lo hagas. No importa cuán tentador sea. Mantente firme, o tú (así como ellos mismos) sufrirá las consecuencias más adelante. Te lo garantizo.
Un hombre capaz de escribir salmos con la profundidad de los de Asaf (Sal. 73–83) tenía el tipo de corazón que David le confió para «supervisar» un área. ¡Cuánto más un «líder» en una Iglesia del Nuevo Pacto debería tener el corazón y la profundidad para hablar y escribir salmos como lo hizo Asaf! Hemán era el Vidente del Rey; Jedutún era el Vidente del Rey; Asaf era el Vidente del Rey.77 ¿Ves algún patrón? A esos tres hombres se les encomendó estar «sobre el asunto» que había surgido.
Lo mismo se aplica, por supuesto, a «servir mesas», incluso a asuntos «serviles» en la Iglesia. Hay que ser «Vidente» del Rey, alguien que realmente conozca a Dios y pueda «ver lo invisible»78 para servir mesas, según Hechos 6:3. ¿No te parece que ser jefe de camareros es un trabajo que cualquiera puede hacer? ¿Quizás encontrar a alguien con experiencia en restaurantes que pueda subir su ego «involucrándose»? ¿No es gran cosa? Siendo franco, realmente no parece que deba ser gran cosa, para la mente natural. Sin embargo, según el Espíritu Santo, para estar cualificado para algo tan «trivial» como esto, uno debe estar rebosante del Corazón de Dios. Y estarlo hasta el punto de que todo el mundo lo sepa; lo puedan ver; sea obvio y observable. Dicho de otra manera, decir «seleccionen de entre vosotros a siete hombres llenos del Espíritu Santo y llenos de sabiduría» debe ser una cualidad discernible, obvia, que la gente pueda ver.
Ahora, como entonces, si estos hombres y mujeres que estás considerando para algún tipo de responsabilidad no están destrozando la Oscuridad diariamente de una manera que se pueda observar, no debes seleccionarlos para estar «sobre» ningún asunto en absoluto. No deben presumir de ser, ni se les debe pedir que sean, «maestros» o incluso jefes de camareros. No se trata de conocimientos bíblicos. No se trata de carisma. No se trata de talentos o habilidades o de la necesidad de involucrarse. Ciertamente no se trata de su cuenta bancaria.
Solo a modo de ilustración, imagina de nuevo el escenario de Hechos, capítulo 6, donde siete hombres fueron elegidos para «servir las mesas». Imagina que los miles regresaron a sus líderes con siete hombres, como se les había pedido. Presentaron a los siete que habían seleccionado a Juan, Tomás, Pedro y los demás con estas palabras:
«Estos no están exactamente rebosantes del poder del Espíritu Santo per se, pero son hombres honestos y sinceros; harían cualquier cosa por ti. Y conocen muy bien sus Biblias».
No podía haber otra respuesta de los hombres de Dios que:
«¡De ninguna manera! Yo también amo a estos hermanos, pero DIOS dijo ‘¡Rebosando poder de lo Alto, llenos del Espíritu Santo y Sabiduría!’. Ninguno de nosotros es libre de diluir la Palabra del Señor, nuestro Rey, ¡incluso con buenas intenciones!».
Una razón clara por la que los hombres en el liderazgo deben caminar en la Presencia y Plenitud de Dios es: un hombre no puede llevar a alguien a un lugar en el que él mismo nunca ha estado. Si quieres llevar a alguien al Salón del Trono de Dios, primero tienes que estar allí tú mismo (Sal. 43:3-4; Jn. 1:4). Pedirle a alguien que te lleve al Salón del Trono de Dios en cualquier área de servicio espiritual que no esté viviendo allí es una tontería. Su nivel de talento o sinceridad o erudición (o incluso «éxito evangelístico») no es la cuestión en un Reino que «no es de este mundo».
El ciego que no puede ver a Dios hará que todos los que le sigan caigan en el foso. Jesús mismo lo dijo. Si eres ciego al Mundo Invisible en ciertas áreas, puedes ser tan salvo como el que más, pero aléjate de los roles de liderazgo. Por supuesto, continúa ofreciendo tu vida y lo que Dios ha hecho en ti con humildad. Pero no cedas a la impresionante tentación de aceptar una invitación para estar «sobre» algún asunto antes de tiempo. Y asume la responsabilidad personal de no permitir que alguien esté sobre algo incluso tan simple como «servir mesas» sin estar «lleno del Espíritu Santo y Sabiduría». ¡Talento o voluntad o entrenamiento o conocimiento bíblico no son suficientes! La norma es esta: VISIBLEMENTE ebrios con el Espíritu Santo y presionando duro hacia la medida completa de la estatura y la plenitud de Cristo (Ef. 5:17-18, 4:11-14).
Cuidado con ceder a la carne. El hombre natural toma decisiones por simpatía o astucia o ambas, y ha arruinado casi todo lo que vemos a nuestro alrededor que lleva el Nombre de Jesús. La mayoría de las caídas de los grandes movimientos religiosos pueden ser directa o indirectamente rastreados hasta este punto: permitir liderazgo (posiciones visibles, «personal», o cualquiera «sobre» cualquier área) a quien no esté lleno del Espíritu Santo y lleno de Sabiduría.
Los hombres me han dicho en más de una ciudad o país que, aunque reconocen que todo esto es cierto, «¿qué pasaría con la Iglesia si todos los que no estuvieran ‘rebosantes del poder de Dios, llenos del Espíritu Santo’, dejaran el liderazgo? No quedaría nadie».
Y yo te digo, como les dije a ellos: «Eso no te concierne. Obedece a Dios. Y deja el resto a Él. ‘Si el Señor no construye la Casa, en vano edifican sus constructores’. Es vanidad. NUNCA consideres las ramificaciones al ver la Palabra de Dios. Solo OBEDECE A DIOS. Es Su Casa, Él puede manejarla. Desobedecer a Dios para hacerle un favor en Su Iglesia es invitar al desastre». Por favor continúa siempre «caminando por fe y no por vista».
Ahora que sabemos qué tipo de hombre debe considerarse «líder», ¿a qué se dedican? Aquellos de «Reuniones de negocios», «Sesiones de Consejo», «Presupuestos», «Manejo de oficina», y «Hacer discursos» están fuera. Estas cosas no tienen nada que ver con el trabajo de un hombre de Dios. Una rápida revisión de la Biblia confirma el hecho de que estas no son las «descripciones de trabajo» de Dios para ninguno de Sus hombres o mujeres. Considera, sin embargo, cuán paralizadas estarían las organizaciones religiosas de hoy sin estas cosas. Un caos. O una paralización total.
Entonces, ¿cómo son los hombres y mujeres «llenos del Espíritu Santo y de Sabiduría» en su vida diaria y en las reuniones de los corderos de Dios? La respuesta puede sonar un poco evasiva, pero cualquier otra cosa hará que los ambiciosos intenten copiar algo. Y hará que los temerosos retrocedan. Los críticos, si se les diera una «descripción del trabajo», pondrían en peligro su comunión con Dios y Su Iglesia. Por lo tanto, esto no es ninguna excusa: reconocerás la verdadera naturaleza del «liderazgo» cuando te encuentres personalmente con estos Dones del Cielo.
(Mientras tanto, puedes hacerte una idea bastante buena sobre la sustancia de la Vida Divina en hombres y mujeres leyendo sobre las vidas de Pablo, Pedro, Esteban, Felipe y los demás. Y lee lo que estos hombres de Dios escribieron para que puedas ver cómo escribe y actúa un hombre cercano a Dios. La Sabiduría. La Intensidad. La Profundidad. La Sencillez. La Plenitud). ¡Ora al Señor de la mies para que envíe y suscite obreros así!
Entonces, ¿qué debemos hacer si no existen hombres así en la Familia en la que estás? Por aterrador y poco glorioso que pueda parecer, simplemente sean hermanos (Mt. 23:8-11). No seas como los israelitas que rechazaron a Dios queriendo un rey «como las otras naciones», y contraten a alguien o promuevan a alguien para ser el jefazo y gigante espiritual. Dios no lo permita. Clamen juntos al Señor de la Mies para que envíe o levante obreros. O, como Dios manda, múdate a algún lugar donde puedas «equiparte para obras de servicio» (ver Ef. 4:9-16). Pero, hagas lo que hagas, no prestes atención al consejo de P. T. Barnum (o quienquiera que fuese) que a menudo se incorpora a la «Iglesia»: «¡EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR!». Simplemente reúnanse para amarse unos a otros, y para orar y ayunar y dar gloria a Dios, juntos. Por favor, no cedan al deseo normal de montar un show a la altura, «como las otras denominaciones». Demuelan la jerarquía (eso de que alguien esté a cargo de enseñar una «clase» o de dirigir un «programa»). Estos se basan en la sabiduría humana y no en la Palabra de Dios. Lee tu Biblia. ¡Verás que todo eso no está ahí! Según Santiago, tal «sabiduría» es «no espiritual y del diablo».79
Qué refrescante, y finalmente fructífero, será desechar los intentos babilónicos de construir torres hacia el Cielo. ¡Oh, por el fin de la porquería y el fango y los programas y la política! ¡Oh, para ver una vez más el rostro mismo de Dios! Amén.
Canción de Jonás
Los que se aferran a ídolos sin valor
Pierden la gracia que podría ser suya
Pero yo, con un canto de acción de gracias
Te sacrificaré a Ti
Coro:
La salvación viene del Señor
La salvación viene del Señor
La salvación viene del Señor
¡Alabado sea el Señor mi Dios!
(repetir verso y estribillo)
Cuando mi vida se marchitaba
Me acordé de Ti, Señor y
Me levantaste de las profundidades de la tumba
Lo que he jurado cumpliré
(repetir verso y estribillo)
—Jonah, Tim
ENDNOTES
74 Génesis 5:24; Hebreos 11:5-6; Judas 14-16.
75 Hechos 19:13-20.
76 Más estímulo sobre el llamado de Liderazgo de la Palabra de Dios está disponible en las grabaciones tituladas: Leadership: As the Lion of Judah; Leadership: As the Murdered Lamb; Leadership: When Sent, Satan Falls; y Apostolic Foundations and Apostolic Patterns.
77 1 Crónicas 25.
78 Hebreos 11:25-28
79 Proverbios 14:12; 16:25; Santiago 3:15, Gálatas 3:3.