Ser Llenado con el Espíritu Santo—¡¡¡¡Juntos!!!!
6/1/2003
Martes en la mañana, 5 de Octubre, 1999
De un tiempo juntos en África, traduciendo de y para el Chichewa, pensamientos de varios hermanos y expresiones de corazón….
Recientemente, un hermano estaba hablando sobre ser capaz de oír la voz de Jesús y la necesidad de vivir en Jesús para poder oír Su voz. Esto tiene mucho que ver con nuestra relación personal con Jesús y también tiene mucho que ver con ser la Iglesia de Jesús contra la cual las puertas del infierno no puedan prevalecer.
La Biblia nos dice a fin de ser llenos del Espíritu Santo. El Espíritu debe estar en nosotros y llenarnos por completo. Eso es un mandamiento de Dios. Esto significa que podemos obedecer o desobedecer al mandamiento de ser llenos del Espíritu. Nosotros sabemos que para ser un Cristiano necesitamos estar en Cristo y Cristo en nosotros. ¿Amén? Sin embargo, es posible estar en Cristo y no ser lleno de Cristo. Es posible nunca experimentar a Jesús u oír a Jesús del modo que deberíamos. Desafortunadamente, este es el caso de la mayoría de Cristianos actualmente. Pero hay una revelación de Dios sobre como eso puede cambiar. La solución tiene que ver con construir la Iglesia correctamente para que “las puertas del infierno no puedan prevalecer”. Nosotros tenemos que construir nuestras vidas de forma que todo el pueblo de Dios, del menor al mayor, puedan ser llenos del Espíritu—no sólo uno o dos líderes, sino todas las personas de Dios deben ser llenas del Espíritu Santo.
¡Totalmente Sumergidos!
Déjeme dibujar esta imagen para ayudarle a entender esta idea. Imagine que usted tiene un balde de agua. Digamos que estar en el balde de agua es igual a estar en Cristo. Ahora imagine un vaso con agua con una tapa en él. El vaso es como el individuo que tiene a Cristo dentro de él. Para que esta persona sea un Cristiano, ella debe estar en Cristo. Así el vaso lleno debe estar en el balde de agua. Si una persona fuere llena del Espíritu Santo, ella estará totalmente en Cristo—el vaso se hundirá en el balde. Sin embargo, si una persona no fuere llena con Cristo, si hay aire en su vaso, el vaso flotará encima. Si nosotros no somos llenos del Espíritu Santo, como un individuo, nosotros podemos estar en Cristo y ser salvos, pero no estaremos totalmente sumergidos en Jesús.
Pablo escribió para la Iglesia de Galacia (Cap. 4): “Yo estoy con dolores de parto, como si estuviese a punto de dar a luz a un bebé. Estoy teniendo dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes.” Él estaba escribiendo para las personas que ya eran salvas, que eran parte de la Iglesia en Galacia (dice esto en el capítulo 3) sin embargo, había mucha flaqueza en esta Iglesia. Ellos no tenían a Cristo completamente formado en ellos. Tenían un poco de aire en ellos, el aire del mundo, en vez de solamente a Cristo. Entonces, ellos flotaron encima. No estaban totalmente sumergidos en el Espíritu de Cristo. Porque ellos individualmente no estaban llenos con Cristo, no se hundieron totalmente en Cristo.
Romanos 12:1-2 declara que para saber la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios—para oír a Dios verdaderamente como un individuo, no debemos conformarnos con los “modelos del mundo”. No debemos amar aquello que el mundo ama. No debemos pensar como el mundo piensa o hablar como el mundo habla. Nosotros tenemos que criar a nuestras familias de manera diferente a la que el mundo lo hace. Nosotros debemos emplear nuestro tiempo y dinero de manera diferente a como en el mundo emplea su tiempo y dinero. Dios dice que nuestra adoración espiritual no debe ser parecida como a la del mundo en ningún aspecto. Dios dice que tenemos nuestras mentes transformadas, como de una oruga a una mariposa, por la palabra de Dios. Entonces nosotros podemos oír a Dios. “Entonces podemos saber la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios.” Si tuviéremos alguna parte del mundo en nosotros, en vez de ser transformados por la palabra de Dios, flotaremos encima. Aunque podamos estar en Cristo y ser salvos, no estaremos profundamente sumergidos en los propósitos de Dios.
Necesitamos Uno del Otro
El propósito de la Iglesia es ayudar a todos a ser llenos del Espíritu Santo para que podamos ayudarnos unos a otros a sacar el mundo de nuestras vidas. Hebreos 3 dice: “Debemos exhortarnos, ayudarnos y advertirnos unos a los otros cada día, de modo que ninguno de nosotros sea endurecido y engañado”. La Biblia dice que nosotros tenemos que ayudarnos unos a otros todos los días. Necesitamos salir de nuestras casas y tenemos que entrar en las vidas unos de los otros, sea en el lugar de trabajo o en las casas de otras personas. Necesitamos interesarnos por la vida unos de los otros y ver cómo podemos amar mutuamente. Necesitamos ayudarnos unos a otros para que no nos conformemos con los modelos del mundo. Algunas personas dicen: “Yo tengo mi propia relación con Dios y voy a dejar a los otros tener su propia relación con Dios”. Eso no es lo que la Biblia dice. La Biblia dice: “Exhórtense unos a los otros diariamente de forma que ninguno sea endurecido y engañado”. La Biblia dice que nosotros somos un sacerdocio de creyentes y nos ayudamos unos a los otros a ser llenos del Espíritu Santo. Cada uno de nosotros usa los dones que están dentro de nosotros para ayudar a otras personas a quedar llenas del Espíritu Santo. Cada uno de los miembros de la Iglesia ayuda a los otros miembros de la Iglesia.
Esto es muy diferente de cómo la mayoría de las personas alrededor del mundo han construido juntos el cristianismo. En la mayoría de los países, las personas se juntan los domingos y predican sermones, y tal vez, hacen “estudios bíblicos” con los niños o con los adultos. En la mayoría de las “iglesias” alrededor del mundo, independientemente del país, las personas esperan el domingo y se sientan en filas, y entonces el “hombre santo” oficial queda al frente de ellos y predica un sermón. Pero esto no es lo que la Biblia dice que el Cristianismo debe ser. ¡Nosotros, en cada país, hemos construido equivocadamente la Iglesia durante casi 2000 años!
¿Por qué hemos construido del modo equivocado? Porque hemos construido como en la Vieja Alianza donde hay un sacerdote y después un montón de personas como audiencia. Había un sacerdote Levita que ofrecía sacrificios para todas las personas. Él era un hombre especial de Dios que ayudaba a otras personas a conocer a Dios. ¡Eso sería una cosa buena si usted fuese un judío hace dos mil años atrás! Si nosotros queremos ser Cristianos en vez de judíos, entonces debemos construir como Cristianos. ¿Amén? Hemos construido el Cristianismo de forma equivocada en cada país. Pero Dios está ahora restableciendo el Cristianismo del Nuevo Testamento a cada país.
Un Reino de Sacerdotes
En la Nueva Alianza, todo el pueblo de Dios debe ser sacerdote uno para el otro. La intención de Dios no es tener un hombre santo especial que pueda dar sermones. La Biblia dice que Jesús ascendió a lo alto y dio Sus dones a todo Su pueblo. Él hizo un Reino de sacerdotes. Él puso parte de sí Mismo en cada persona de Su pueblo que verdaderamente es convertido, joven o viejo. Es por eso que necesitamos los dones uno del otro. ¡Necesitamos todos los dones de Jesús! Hay centenas de dones pues TODO Jesús fue derramado en Su Familia. Es por eso que Jesús dice que debemos ser hermanos entre hermanos. No necesitamos más el don de un sólo hombre que esté enfrente de nosotros. No debemos permitir que eso continué. Todos los que son Suyos, verdaderamente convertidos, en Su morada, viviendo la Vida diaria consagrada con unos a los otros y visiblemente Suyos (He. 3:12-14)—TODOS son Sacerdotes.
El corazón de Dios es que el don que tiene usted sea dado a mí y el don que yo tengo sea dado a usted. Jesús dice: “No llamen a ningún hombre maestro o líder. No llamen a ningún hombre de obispo, reverendo, pastor o cura.” Hasta a los mismos doce apóstoles Él dice: “Todos ustedes son hermanos”. Si eso fue verdad para Pedro y Juan, ¡ciertamente es verdad para todos nosotros! Los dones de cada uno de los hermanos y hermanas también son parte de Jesús. Hasta los niños tienen dones que son parte de Jesús. Nosotros necesitamos de todos esos dones en nuestras vidas. Somos todos hermanos. Eso es lo que la Biblia dice.
“Entonces, hermanos, cuando ustedes se reúnen, cada uno de ustedes tiene un salmo o una palabra de instrucción, una revelación….” Esto es lo que la Biblia siempre ha dicho en 1 Corintios 14: “Cuando ustedes se reúnen, hermanos, cada uno de ustedes tiene un salmo o una palabra de instrucción, una canción, una revelación, una profecía.” Cuando vivimos de este modo, hasta el mismo incrédulo cae con el rostro al suelo y declara: “¡Dios está entre ustedes!” “Cuando viene una revelación a la segunda persona, ¡SIÉNTESE EL PRIMERO! Eso es lo que dice 1 Corintios 14. Eso no es popular en aquellos que “les gusta ser los primeros” y les gusta estar al frente y les gusta ser vistos como seres “más espirituales” y pedir el dinero de los santos.
Nosotros debemos ser un Reino de sacerdotes. Debemos amonestarnos unos a los otros diariamente. Si no hacemos eso, la Biblia dice que seremos endurecidos y engañados. Nuestra conciencia será marchitada y no seremos capaces de reconocer las cosas en nuestra vida que son pecaminosas. Si yo no te tengo a ti o a varios seguidores dedicados a Jesús involucrados diariamente en mi vida y otros no lo están diariamente en su vida, entonces todos nosotros vamos a estar engañados y ni más sabremos lo que es verdad. La Biblia siempre ha dicho eso. Debemos vivir la vida juntos, ayudándonos unos a los otros diariamente. Si usted quiere ignorar a la Biblia y decir que eso no es verdad, entonces puede comenzar su propia forma de religión. Muchas personas lo han hecho así. Pero todos ustedes mostraron por su sacrificio que harán cualquier cosa para Jesús, entonces vamos de frente para los lugares más altos con Él ¡ahora!
Todos los Días
Jesús está construyendo Su Iglesia contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán. Jesús está haciendo brotar los dones de las personas y permitiendo que todos sean sacerdotes ahora—no sólo en las reuniones, sino diariamente. La Biblia dice: “Confiesen sus pecados unos a los otros y oren unos por los otros para que puedan ser curados”. ¡Espere! ¡¡¿Todas las personas de Dios hacen esto?!! ¿Cuándo fue la última vez que usted confesó sus pecados a sus hermanos o a sus hermanas? ¿Usted quiere ser curado? ¿Usted quiere ver el poder de Dios en su vida? La Biblia dice: “Confiésense sus pecados uno al otro”. ¿Por qué nosotros no lo hacemos así? No practicamos eso porque tenemos miedo. No hacemos eso porque las tradiciones de los hombres nos acabaron. Dejamos de ser auténticos porque tenemos mucho orgullo. Dios nos dice a usted y a mí: “Abran sus corazones, sean dóciles y humildes. Confiésense sus pecados unos a los otros de forma que ustedes puedan orar unos por los otros y ser curados”.
Este es uno de los modos por los cuales nos ayudamos unos a los otros a ser llenos del Espíritu Santo. Nosotros abrimos nuestros corazones unos a los otros. “Exhorte uno al otro DIARIAMENTE, cada día, de forma que ninguno de ustedes sea endurecido o engañado”, así dice el Señor. Dios dice que tenemos que abrir nuestras vidas unos a los otros todos los días. Si construimos de tal modo que sólo nos encontramos los domingos y después volvemos a nuestras casas y vivimos separadamente en nuestras familias, estaremos desobedeciendo a Dios.
Dios nos dio palabras muy claras sobre como debemos caminar juntos y ayudarnos unos a los otros para ser llenos del Espíritu Santo. Dios dice: “Exhórtense unos a los otros todos los días”. Dios dice: “Yo puse Mi Espíritu y Mis dones dentro de ustedes, ahora de su vida diariamente para sus hermanos”. Dios dice: “Confiésense sus pecados diariamente unos a los otros”. Dios dice: “Lleven las cargas unos de los otros—y así cumplirán la ley de Dios”.
Como puede ver, es una cosa diaria. ¿Cómo puede llevar las cargas de alguien en una reunión? Para cumplir la ley de Cristo, nosotros tenemos que llevar las cargas unos de los otros. ¿Y dónde están estas cargas? ¿Ellas están en una reunión de domingo? No. Las cargas de la vida ocurren con nuestros niños, con nuestras esposas, con nuestros maridos, en nuestros lugares de trabajo. Las cargas de la vida son cuando no tenemos lo suficiente para comer o cuando nuestro niño está enfermo. Las cargas de la vida son cuando nuestra familia física de religión falsa o islámica nos odia porque seguimos a un Jesús vivo. Esto quiebra nuestro corazón y no sabemos qué hacer. Yo necesito que usted me ayude a soportar mi carga cuando mi bebe está enfermo. Yo no quiero oír su sermón el domingo si usted no está ahí cuando mi bebe estuviere enfermo. Yo no quiero oír su gran sabiduría ni sus lindas palabras, si usted no me ayuda cuando estoy teniendo dificultades con mi esposa. Esto es una cosa diaria—esto no es sobre reuniones. Lleven las cargas uno del otro diariamente, y así cumplirán la ley de Cristo.
Nosotros hemos construido la Iglesia de manera equivocada por muchos años en muchas naciones. Dios ahora está llamando a un pueblo que tenga bastante valor, humildad y sacrificio para construir correctamente. Si construimos la casa de Dios de acuerdo con el diseño que Él puso delante de nosotros, las puertas del infierno jamás prevalecerán contra el pueblo de Dios. “Ustedes harán mayores obras de las que Yo hice”, dice el Señor. Cuando nos parecemos a Jesús como Iglesia, tendremos la misma Vida, Poder y Amor que Jesús tuvo cuando Él estaba aquí. Jesús no sólo habló; Él vivió la Vida. Juan 1 dice: “La vida se volvió la Luz de los hombres.” Y es lo mismo ahora. La vida diaria se vuelve la Luz de los hombres. Si quisiéremos que las personas vean el amor de Dios, si quisiéremos que ellas vean a Jesús en vez de ser atraídas por el dinero y poder del Islam; si nosotros quisiéremos ver a las personas viniendo a Jesús en vez de seguir a su propio egoísmo, orgullo y mundanismo, tendremos que vivir la vida de Jesús juntos, diariamente.
Somos Parte Uno del Otro
Nosotros hablamos sobre ser como un vaso de agua que está totalmente lleno y después sumergido en Jesús. También podemos hablar sobre otra figura—un tazón de papas, o un tazón de maíz. Es así como hemos construido la Iglesia durante los últimos 2000 años: las personas entran en un tazón el domingo como un grupo de papas individuales o un grano individual de maíz. El corazón de Dios no es tener un tazón de papas o un tazón de individuos que están juntos uno o dos, o tres días a la semana. Y si nos reunimos en una casa, en vez de un edificio religioso, no hay ninguna ventaja, si no cambiamos nuestros corazones y como andamos unos con los otros diariamente. Simplemente tener reuniones no nos hace una Iglesia Bíblica. Eso es sólo lo que la Biblia llama de “lugar de conferencias”. Un tazón de papas individuales no es una Iglesia. Usted puede poner todas las papas en un tazón o todos los granos de maíz en un tazón todos los domingos y aún no será una Iglesia—no realmente. La verdadera Iglesia es como un tazón de puré de papas o maíz molido—todos fusionados juntos como uno solo. “Luchando como UN HOMBRE por la fe.” “Un solo corazón, una sola mente.” “Todos juntos” y “En un acuerdo.” “Siendo muchos, somos UNO.” “Bautizados en un solo Espíritu en UN solo cuerpo” donde “NINGUNO dice al otro, ‘Yo no necesito de ti’” hasta la semana que viene.
Un tazón de puré de papas o maíz es su vida volviéndose parte de la mía y mi vida volviéndose parte de la suya. Cuando somos UNO como Jesús y el Padre son UNO—eso es la verdadera Iglesia. Otros pueden ser salvos, claro, sin esta vida diaria, pero no estarán beneficiándose del Plan de Jesús de una asamblea local mostrando al mundo Su vida y experimentando Su poder. “¡Yo edificaré mi IGLESIA para que las puertas del infierno no prevalezcan!” ¡Para su crecimiento! ¡Para su esposa, niños y vecinos! ¡Una Iglesia local verdadera “unida y ligada” es el Plan de Dios!
Cuando su vida es parte de mi vida, y mi vida es parte de la suya todos los días…cuando su don de Jesús es parte de mí, y mi don de Jesús es parte de usted diariamente…cuando yo confieso mi pecado a usted y usted confiesa su pecado a mí, y nosotros oramos uno por el otro para que podamos ser curados…cuando yo te conozco lo suficientemente bien en un contexto diario para saber cómo ayudarte a llevar tus cargas…cuando usted me conoce bastante bien, tan bien que usted puede ver en mis ojos cuando estoy sufriendo, y usted lleva mis cargas—eso es cuando la Iglesia realmente está comenzando a volverse una Iglesia de Jesús. Jesús dice: “Así, todos los hombres (Musulmanes, Testigos de Jehová, Mormones y las muchas denominaciones débiles y tibias) sabrán que el Cristianismo verdaderamente es del Cielo. Todo el mundo sabrá que realmente somos de Él por la manera que nos amamos unos a los otros.”
Usted puede decir palabras sobre la Sangre y palabras sobre la Palabra de Dios, pero hasta que usted no comience a vivir esto y verdaderamente amar uno al otro, ellas serán solamente palabras. Cuando el mundo nos vea realmente amándonos unos a los otros porque nuestras vidas están totalmente perdidas unas en las otras, entonces el poder de Dios nos llenará de maneras extraordinarias, inmensas y poderosas (¡y seremos perseguidos, odiados y las personas esparcirán mentiras sobre nosotros de acuerdo con Jesús!).
El Padre ama al hijo y ahora nosotros iremos a tener la misma imagen del hijo, brillando como estrellas en el universo, una ciudad que está en la cima de una colina y no puede ser escondida. Esa es la intención de Jesús para Su Novia, la Iglesia. Nosotros no debemos simplemente asistir a algo y decir algunas palabras. Nosotros tenemos que dejar de sentarnos en sillas como pequeños robots que escuchan el discurso de alguien. Nosotros verdaderamente debemos estar involucrados diariamente y profundamente en la vida de los otros como hermanos entre hermanos. Eso no es sobre reuniones, pero es sobre usted ofreciendo su don para mí, y yo ofreciendo mi don para usted, diariamente, en nuestras casas, en nuestros centros de trabajo, en el campo y con nuestras familias. Esto EXIGIRÁ un cambio en como usted escoge usar su “tiempo libre”. Y usted necesitará cambiar las cosas que anteriormente consideraba “prioritarias” en su vida, para poder entonces “Buscar primero el Reino”.
¡¡Una Familia Verdadera!!
Jesús dice: “Si usted verdaderamente da su vida y se vuelve un Cristiano, usted puede tener cien madres, cien hermanos y cien hermanas.” Eso significa cien relaciones como familia. Eso es la definición verdadera del Cristianismo Bíblico. Usted tendrá cientos de relaciones que son tan cercanas como la de una madre con su hijo, o un hermano con una hermana. Relaciones muy íntimas y abiertas. Él no dice cien primos terceros o cien parientes distantes. Él no dice cien amigos o cien vecinos cercanos. Jesús dice: “Mi Iglesia significa cien relaciones que son tan intimas como la de una madre con su hijo”.
Una buena madre conoce el llanto de su hijo. Ella sabe si el llanto es por causa de dolor o cuando el llanto es por causa de hambre—son dos llantos diferentes. Ella diferencia entre un llanto de cansado y un llanto de enojado. Una madre conoce a su hijo íntimamente—sabe todo sobre ese niño. Jesús dice: “En mi Verdadera Iglesia, usted tendrá cientos de relaciones que son intimas como una madre con su hijo”. Usted podrá ver en mis ojos y yo podré ver en sus ojos cuando usted está cansado, cuando usted tiene hambre, cuando usted está irritado y cuando está triste. Esto realmente no es sobre reuniones, ¿o lo es? Esto no es sobre cultos de domingo, ¿o lo es? Esto es sobre una vida diaria juntos, como una madre con su hijo.
¡¿Usted puede imaginar a una madre que sólo ve a su hijo los domingos?! Esa sería una madre muy mala, ¿no lo seria? ¿Qué sucedería con el niño? El niño moriría. Eso es lo que sucede con muchos cristianos. Nosotros hemos construido equivocadamente por tantos años con un hombre que predica y todos los otros escuchan. Cantamos y danzamos, y nos vamos para la casa y vivimos vidas separadas. Por causa de esto, muchos bebés mueren. Muchas madres tienen el corazón partido.
La intención de Jesús para Su Iglesia es que tengamos cien madres, hermanos y hermanas. Nuestras tierras, nuestras posesiones, nuestro tiempo y nuestro dinero no son nuestros. Nosotros no somos dueños de nosotros mismos. Nosotros fuimos comprados con el precio de la Sangre de Jesús. Entonces nosotros tomamos decisiones para perder nuestra vida dentro de las vidas unos de los otros todos los días. “Ah, yo estoy cansado. Creo que me voy a la cama”. No. Usted irá donde su hermano está y lo amará. “Trabaje mientras fuere de día; cuando la noche viene ningún hombre puede trabajar.” “Creo que voy a hacer algo que es divertido para mí.” Lleve a un hermano con usted; lleve a varios hermanos con usted. Haga aquello con otras personas. “Bien, yo necesito ir al mercado. No tengo tiempo para estar con mis hermanos o mis hermanas.” Si, lo tiene. Llévelos con usted. Hagan eso juntos. Y entonces podrán hablar juntos con las personas sobre Jesús en el mercado. En camino podrán ver cuáles son las necesidades de sus hermanos y hermanas, que tipo de cosas le gustan a ellos y cuáles son las cosas que son importantes para ellos porque usted está involucrado en la vida de ellos. Y los Dones de ellos para servir a Jesús estarán disponibles en el mercado y en las actividades—no sólo su don que es por sí solo incompleto. JUNTOS tendremos la personalidad de Jesús y expresaremos Su Vida. El ángel dice: “¡Entren juntos al mercado y cuenten a todos de esta NUEVA VIDA que ustedes tienen en Jesús!” “¡ASÍ es COMO todos los hombres sabrán: cuando vieran a ustedes AMÁNDOSE UNOS A LOS OTROS!” “La VIDA se volvió (y se vuelve) la Luz de los hombres”.
Si esperamos hasta haber terminado todas nuestras obligaciones para luego ser una Familia, nunca seremos una Familia. Una Familia hace todas las cosas juntos. Nosotros lavamos nuestras ropas juntos. Nosotros vamos juntos al mercado. Nosotros viajamos juntos para hablar con otras personas sobre Jesús. Cuando estamos juntos, confesamos los pecados unos a los otros. Decimos: “¿Hermana, por favor, usted podría orar por mí? Yo tuve un día cargado con mis hijos pequeños y me quedé enojada con mi bebé ayer. Yo le pedí a Dios que me perdonara, pero yo quiero que usted me perdone también.” O “¿Hermano, por favor, ore por mí? Yo estaba en el trabajo y quede enojado con un hombre que intentó engañarme y acabé hablando duro con él. Ya fui a él y le pedí perdón, y ahora estoy confesando mi pecado a usted. ¿Por favor, perdóneme y ore que seré más fuerte la próxima vez?” Claro que tendremos tiempo para entrar en nuestros cuartos y orar en secreto, y tendremos tiempo para cosas tranquilas y simples. Pero, en algún momento perdemos el Corazón del Camino de Jesús en querer vidas fusionadas. ¡Hasta Jesús llevó a tres hermanos cuando Él fue a orar en el Jardín en el tiempo más doloroso y delicado de Su vida! Y así también debemos hacerlo nosotros. “Cualquiera que dice estar en Él, debe andar como Jesús anduvo.” Es un Buen y Maravilloso camino que también se perdió en nuestra cultura moderna de ocupaciones, centralizado en nuestra “familia” física, egoísmos, perezas y orgullo. Vamos a conquistar eso de vuelta para Jesús, para que el mundo lo pueda conocer y para ¡nuestro crecimiento!
Abramos Nuestros Corazones
Esta es una buena llave. Nosotros tenemos que abrir de par en par nuestros corazones y dejar a las otras personas entrar en nuestros corazones. Esto es absolutamente esencial. No hay como evitar eso. Necesitamos abrir nuestros corazones unos a otros para que Jesús pueda entrar como también nuestros hermanos y hermanas. “El Reino de Dios no está aquí ni allá,” Jesús dice: “El Reino de Dios está dentro de ustedes.” Si usted realmente quiere el Reino de Dios, no es sólo creyendo en las cosas verdaderas o yendo a una reunión. “El Reino de Dios no está aquí ni allá, está dentro de ustedes.” Eso quiere decir que si yo quisiere el Reino de Dios, tengo que entrar dentro de usted y usted tiene que entrar dentro de mí. Eso es donde el Reino está. Eso exige valor, humildad y obediencia. ¿Amén? Debemos ser puré de papas o maíz, no estar separados. Debemos ser cien madres, hermanas y hermanos—no sólo cien buenos amigos o conocidos.
Si comenzamos a vivir de esta manera cada vez más juntos diariamente…si salimos de nuestras casas y entramos en los corazones y vidas de las personas y las invitamos dentro de nuestros corazones y vidas, entonces veremos una Iglesia contra la cual las puertas del infierno ¡no prevalecerán más! No necesitaremos más de todas las divisiones artificiales de Bautista, Pentecostal o Nazareno. ¡No necesitaremos más de divisiones porque Jesús nos llenará! Veremos descender la Gloria de Dios sobre nuestras vidas de un modo maravilloso. No necesitaremos más de todos esos letreros. Ahora, las personas quedarán llenas del Espíritu Santo—todos ellos, y seremos sumergidos juntos en Cristo.
Hemos visto estas barreras demolidas en muchos lugares. La Iglesia en la cual nosotros somos parte en los Estados Unidos tiene muchas personas de diferentes pasados que pusieron de lado esos pasados porque nosotros nos apasionamos por Jesús, juntos, y estamos ayudándonos unos a los otros a crecer y ser como Él es, diariamente. Tenga esa visión para su ciudad. Jesús quiere que Su pueblo sea UNO. Nosotros no nos volveremos uno sólo porque decidimos tirar fuera nuestras doctrinas. Nosotros nos volveremos uno cuando decidimos tirar fuera nuestros pecados. No todo el mundo QUIERE eso—pero USTED ¡puede vivir o hasta morir por eso!
¿Un Reino Desarmado?
Suponga que había dos reyes—un rey bueno y un rey malo. El rey bueno era mucho más poderoso que el rey malo. El ejército del rey bueno tenía armas que podían derrotar al ejército del rey malo. Estas armas eran extremadamente poderosas. El rey malo sabía, que él no podría defenderse contra el rey bueno. Así el rey malo llamó a sus generales a una reunión.
Él dijo: “Yo tengo tres planes. No podemos defendernos contra esas armas, entonces primero vamos a convencer al ejército del rey bueno que ellos no necesitan entrenar con esas armas. Hagamos que ellos sólo se encuentren para hablar sobre sus armas. Sus líderes pueden hablar sobre como las armas son maravillosas. Ellos se sentirán bien sobre sus armas, pero olvidarán como usarlas.”
“Mi segundo plan es el siguiente. Nosotros dividiremos el ejército del rey bueno. Nosotros sembraremos semillas de disensión entre ellos. Entonces, en vez de un solo ejército, tendremos cien grupos pequeños. Ellos no sabrán luchar juntos. Nosotros los dividiremos y los derrotaremos.”
“Y este es mi tercer plan. Nosotros convenceremos al ejército del rey bueno de que ellos deberían dejar a cualquiera enrolarse en su ejército. Nosotros les diremos que un ejército grande es glorioso y que cualquiera que esté dispuesto a vestir el uniforme puede unirse. Nosotros enviaremos secretamente algunos de nuestros soldados para que se enrolen en el ejército de ellos. Entonces, tendrán armas poderosas, pero no sabrán cómo usarlas. Ellos serán divididos unos contra otros. Y, el ejército de ellos estará lleno de personas que serán leales a mí, su enemigo.” De ese modo, el rey malo pudo resistir contra el rey bueno.
Eso es lo que viene sucediendo con la Iglesia. La canción es correcta, es como nosotros hemos cantado—la Sangre de Jesús nunca perderá su poder. La Palabra de Jesús nunca perderá su poder. El Nombre de Jesús nunca perderá su poder. Esas son nuestras armas. Satanás no puede levantarse contra el Nombre, la Sangre y la Palabra de Jesús. Pero la Iglesia de Jesús perdió su poder. En vez de ser un sacerdocio de creyentes, nosotros nos volvimos oyentes o cumplidores de programas y esquemas. Hemos olvidado como usar el nombre de Jesús, la Sangre de Jesús y la Palabra de Jesús. Estamos satisfechos con reunirnos un poco y escuchar a alguien conversar sobre estas cosas. También estamos divididos uno contra el otro. Hay cientos de denominaciones, cada una con sus propias tradiciones. Dejamos a estas divisiones ser barreras en nuestro camino de forma que no podemos unirnos para luchar contra el enemigo. Nosotros también nos volvimos impuros. Muchas personas en las asambleas religiosas ni siquiera conocen a Jesús como Su Señor y Salvador. Están confundidos. Piensan que conocen a Jesús, pero ni ellos mismos están en el balde porque nunca verdaderamente entregaron sus vidas a Él.
Un Testimonio de Vida es Jesús
Así, de todas estas maneras la Iglesia perdió su poder. Pero Jesús dice que la Iglesia que Él construye podrá prevalecer contra las puertas del infierno. Lo que hemos hablado hoy es la respuesta a este problema. Si construimos del modo de Jesús, entonces seremos puros. No porque somos tan buenos, sino porque muchas personas están ayudándonos cada día. ESTE es el camino de Dios. Si construimos de esta manera, seremos unidos. Y cada miembro estará usando sus dones para el bien colectivo. Nosotros no seremos solamente oyentes—seremos soldados y una Familia íntima, una VERDADERA familia, de acuerdo con Jesús en Marcos 3:33-35. Este es el camino por el cual la Iglesia de Jesús podrá recuperar su poder.
Nosotros llegamos aquí en taxi esta mañana. El taxista estaba diciendo dolorosamente, que el Islam ha ganado mucho poder en este país. Bien, yo personalmente no me preocupo de quien tiene la mayoría del dinero. Yo no me preocupo de quien tiene el mayor número de seguidores. Lo que importa para mi es si habrá un testimonio de Jesucristo en este planeta. Un testimonio que es puro, que es fuerte y poderoso para derrotar a satanás en las vidas de los hombres, mujeres y niños. Eso sólo puede suceder si la Iglesia de Jesús recupera su poder. Nosotros tenemos que ayudarnos uno al otro. Necesitamos construir nuestras vidas diariamente, juntos. Si vivimos de este modo, entonces el nombre de Jesús será exaltado, respetado y honrado. Las personas comenzarán a decirnos: “Hábleme sobre este Jesús que usted conoce”. Este es nuestro destino, si tuviéremos el valor para construir de este modo. ¿Amen?
¡Saque la Canasta Fuera de la Planta!
Hebreos 3 dice que tenemos que animarnos uno al otro diariamente, exhortando uno al otro diariamente, ayudando uno al otro diariamente, con nuestros niños, con nuestras esposas, en nuestros trabajos, en el campo y en el mercado…. ayudando uno al otro ¡diariamente! Hebreos 3 continua diciendo que si no hacemos eso, entonces dos cosas sucederán. Quedaremos endurecidos y seremos engañados. Si usted tiene un vaso de agua y derrama en tierra suave, ella absorberá el agua. Pero si usted derrama el agua en concreto, esta circulará encima. La tierra es suave, pero el concreto es duro y nada puede recibir. Si no vivimos juntos diariamente como Hebreos 3 describe, nos endureceremos. La Palabra de Dios, la Lluvia de Dios, el Agua de Dios no podrá entrar en nuestros corazones; no podrá penetrar. Nuestros corazones quedarán muy endurecidos.
Nosotros estábamos en otra ciudad a cien kilómetros de aquí, cerca al Lago Malawi. La tierra cerca del lago es suave porque el agua siempre está en ella. Lejos del lago, la tierra que no recibe mucha agua es dura. Nosotros necesitamos estar diariamente en las vidas unos de los otros o si no quedaremos endurecidos. No conseguiremos oír a Dios. No conseguiremos crecer. Si usted pone una planta debajo de una canasta, la planta morirá. Ella necesita del sol. El agua no es suficiente y el fertilizante no es suficiente. La planta necesita de luz. ¡Así también nosotros! Leer nuestras Biblias y orar solos no es suficiente. Acudir a una reunión los domingos no es suficiente. Como una planta debajo de una canasta, podemos morir. Necesitamos de la Luz. Juntos vivimos de este modo. Proveemos Luz uno para el otro. Sin esa Luz, moriremos. Sin la Luz de unos y de los otros diariamente en nuestras vidas, quedaremos endurecidos.
La segunda cosa que sucede es que quedamos engañados. Eso significa que no sabemos que tenemos el corazón endurecido. Estamos engañados. Pensamos que somos receptivos, pero la verdad es que estamos endurecidos. Nos gusta cantar. Nos gustan las historias Bíblicas. Podría hasta gustarnos hablar mucho sobre Jesús. Pero estamos endurecidos y no reconocemos esto porque los hermanos no están ayudándonos a ser dóciles diariamente. ¡Eso es muy peligroso! Si una persona está ciega pero piensa que es un buen chofer de ómnibus, ella está engañada. La gente no subiría en su ómnibus, ¿correcto? ¡Eso es peligroso! ¡Espeluznante!
Nosotros podemos ser engañados de la misma manera. Sin la Luz del Pueblo de Dios en nuestras vidas todos los días, no seremos solamente endurecidos, sino también engañados. No conseguiremos ver la parte de nosotros que no es como Jesús. Nuestras mentes serán engañadas. Este es un mal lugar para estar. La Luz de Dios no consigue entrar y las cosas malas no consiguen salir. Ni vamos a saber si existen cosas malas dentro de nosotros porque vamos a estar engañados. Si usted no está viviendo todos los días con otros de la manera que la Biblia describe, entonces está con el corazón endurecido y engañado. Eso es lo que la Biblia dice. Dios no miente. Todos los que no están construyendo diariamente con otras personas, con la Palabra de Dios, se vuelven duros de corazón y quedan engañados. ¡Pero hay esperanza! Si nos reprendemos y animamos unos a los otros todos los días, nuestros corazones se ablandarán y oiremos a Dios más claramente a través de nuestros hermanos y hermanas y hasta por las Escrituras cuando nosotros las leamos. Cuando vivimos a la manera de Dios, quedamos más sensibles. La Luz de Dios puede entrar. La Lluvia de Dios puede penetrar y llenarnos, y sacar el mal que aún queda. ¡Hay mucha esperanza si vivimos a la manera de Dios! No hay esperanza si nos rehusamos a vivir como Dios quiere.
Hemos construido por muchos, muchos años equivocadamente. La mayoría de las iglesias por todo el mundo son como plantas debajo de una canasta. Puede ser que oigan una buena enseñanza, pero no tienen mucha Luz en sus vidas. Muchos están muertos; otros están marchitados. Necesitan sacar la canasta de la planta. Una buena manera de hacer eso es involucrarnos de corazón unos con los otros—ayudar, animar y amar uno al otro todos los días.
Él está construyendo un Pueblo de Poder
Él está construyendo un Pueblo de Loor
Ellos están caminando con Dios
Y ellos están creciendo por Su Nombre Precioso
Construye Tu Iglesia, Señor,
Haznos uno, Señor,
En el Reino de Tu Hijo,
Construye Tu Iglesia, Señor,
Haznos uno, Señor,
En el Reino de Tu Hijo.
Comience la Jornada
La Biblia es 100% verdadera por completo. Es sobre Jesús y Sus seguidores. Son Historias de cómo ellos sufrieron y como ellos aprendieron con sus experiencias con Dios. Ciertamente podemos aprender con las historias de ellos, pero también podemos aprender de la misma manera que ellos aprendieron: mirando el rostro de Dios juntos en nuestras vidas diarias. En ese sentido, nosotros también somos “cartas vivas. Toda la lectura del mundo nunca podría cambiarnos de la manera que la experiencia de la vida juntos puede cambiarnos. Las cosas profundas que deseamos conocer nunca llegan allá en lo profundo de nuestro corazón cuando son simples líneas en un libro. Al tratarnos y resolver las cosas juntos todos los días, Jesús nos enseña las lecciones profundas de la vida que nunca podríamos aprender con todos los estudios Bíblicos del mundo, los mismos que están en las Biblias de todos. “La columna y fundamento de la Verdad es la ecclesia—la iglesia.” “La VIDA se volverá la Luz de los hombres.”
La vida no fue hecha para ser como una escuela primaria donde aprendemos ideales y después creemos en ciertas cosas. Al contrario, Dios nos llamó para volvernos los mismos hombres y mujeres de Dios como aquellos que lo fueron antes de nosotros—apasionados por el mismo Jesús que ellos amaban. Para que eso suceda, nosotros no solamente necesitamos saber lo que ellos sabían, sino necesitamos sentir lo que ellos sintieron. Para sentir lo que ellos sintieron, Dios necesita llevarnos en una Jornada similar a la de ellos. Entonces, llevamos esa jornada de aplicar la Palabra de Dios juntos en nuestras vidas. Caminemos en esa jornada con lágrimas en los ojos, con nuestros puntos débiles y fuertes, amándonos unos a los otros y ayudándonos unos a los otros—en los tiempos malos y en los tiempos buenos—con nuestros ojos en nuestra Esperanza, nuestro Mesías. Y estamos siempre prosiguiendo, confiados que Dios proveerá, ayudándonos al quedarnos juntos.
Pedro negó a Jesús después de caminar con Él durante tres años, pero cuando oyó el cantar del gallo, su corazón se partió. Él inmediatamente estaba de vuelta con su hermano Juan. Es lo mismo con nosotros. Habrá tiempos en que hacemos cosas equivocadas y tiempos en que hacemos cosas buenas. Pero independientemente de lo que hacemos, debemos hacer las cosas juntos con nuestros ojos puestos en Jesús y dejar a Él hacernos mucho más fuertes y mucho más dependientes de Él con el pasar de los días. La Vida se volverá la Luz de los hombres. Necesitamos aprender mucho sobre Jesús por medio de vivir juntos y ayudar uno al otro. Dios, nos ayude a abrir nuestros ojos.